A los que nos gustan los animales siempre hemos notado que estar cerca de nuestro perro, gato, tortura, ave, etc. nos mejora el estado de ánimo. No es una fantasía, hay estudios científicos que lo prueban:
• La gente que interactúa con un animal – y que le gustan los animales de antemano, por supuesto – experimenta un descenso en su presión sanguínea, en su ritmo cardiaco y en sus niveles de cortisol (la hormona del estrés). • Acariciar a un animal, jugar con él, platicar con él o pasearlo puede ser una excelente terapia para el estrés. • Si tuvieras que afrontar una situación difícil o una tarea complicada, apostamos a que ¡preferirías tener a tu amigo de cuatro patas al lado!. Y de hecho, te tranquilizaría.
**Pero se ha comprobado también que este efecto relajante sólo aplica si se considera al animal como un miembro de la familia, si adoras a los animales. Si no, no vayas corriendo a adoptar uno.